La historia empezó para Hubert de Givenchy en abril de 1952, lugar? La ciudad de Nueva York, el lugar? Hotel Waldorf-Astoria: Tenia solo 25 años de edad y fue su debut en Estados Unidos, llevaba 08 vestidos elaborados de alta costura para el Paris Ball, un espectáculo de la alta sociedad destinado a fortalecer las relaciones franco-estadounidenses a través del poder del hedonismo beau-monde pasado de moda. El evento presentó, entre otras atracciones, animales de zoológico alquilados en el circo de Ringling Brothers; un cuadro vivo en el que Sir Laurence Olivier y Rex Harrison interpretaron a François I y Henry VIII; un regalo de fino perfume francés para las mujeres y corbatas hechas en Lyon para los hombres; y un salón de baile cavernoso transformado para parecerse a los jardines de Versalles. Y sin embargo, la impresión más memorable de la noche fue, tal vez, la que dejó el joven modisto francés.
Su gran Musa la actriz Audrey Hepburn no pudo decirlo de la mejor forma para un creador de moda: “Su ropa es la única con la que me siento yo misma. Es más que un diseñador; es un creador de personalidad”.
Pero vamos a conocer más de su historia: nació en el seno de una familia protestante. Se crio en Beauvais, donde su abuelo poseía una fábrica de tapices en la que además coleccionaba telas, muebles y otro tipo de objetos típicos de la época. Según él mismo, siempre quiso dedicarse al mundo de la moda, pero era una profesión mal vista por aquel entonces. Por lo que desafiando a lo que su familia quería, Givenchy no se convirtió en un abogado, y asistió a la Escuela de Bellas Artes de París. Al acabar la guerra decidió emanciparse de la influencia familiar y se trasladó a París con el firme propósito de convertirse en costurero.
En muy poco tiempo abrió su propio taller y tres o cuatro años más tarde conoció a Cristóbal Balenciaga, un gran amigo del que se declararía un absoluto admirador. Siempre lo reconocería como fuente de inspiración. De él heredó una forma de hacer y de entender la Costura, una forma que se caracteriza por ser el súmmum de la elegancia.
Pero sin duda el punto más importante de su carrera fue el verano de 1953, cuando la mujer que se convertiría en su cliente más importante entró por primera vez en su atelier en París, ninguno de los dos era un nombre conocido. Como dice la vieja anécdota, cuando Givenchy se enteró de que una actriz de cine con el apellido Hepburn iba a visitarlo, supuso que se reuniría con Katharine, y se sintió confundido cuando una mujer apareció en su puerta “con ojos de gacela”. y pelo corto y un par de pantalones angostos, una pequeña camiseta, zapatillas y un sombrero de gondolero con una cinta roja que decía Venezia. “Era Audrey Hepburn, de veinticuatro años, recién salida de la filmación de “Vacaciones romanas”. Ella había venido a París, a instancias del director Billy Wilder, a comprar ropa francesa auténtica para “Sabrina”. Givenchy estaba encantada con ella, pero estaba en plena preparación para su presentación de otoño. entonces él le dijo que no tenía absolutamente ningún momento para crear algo nuevo para ella. Hepburn suplicaba que probara las prendas de muestra existentes que colgaban de una temporada anterior, y, en un giro de mediados de siglo en “Cenicienta”, cada costura encajaba perfectamente con la esbelta actriz. Givenchy estaba tan encantada de ver a esta vertiginosa actriz saltando con un vestido negro de cóctel, con su escote cuadrado que adorna su clavícula, que dejó su trabajo esa noche para llevarla a un restaurante.
Durante las siguientes cuatro décadas, Hepburn usó a Givenchy con devoción casi religiosa. Lo más famoso es que llevaba un vestido de Givenchy mientras estaba comiendo tontamente un pastel fuera de las ventanas de Tiffany como Holly Golightly, una escena que detuvo el tráfico en la Quinta Avenida mientras se filmaba. Muchos diseñadores tienen una musa, pero la relación Hepburn-Givenchy era algo más entrelazado y simbiótico. La actriz solía llamar al diseñador solo para hablar, y ella le dijo a los periodistas que él era un “psiquiatra” y también una modista. En Hepburn, Givenchy encontró un emisario ideal para su teoría de las separaciones; ella se hizo conocida como una mujer vivaz en su ropa porque podía moverse en ellas. El legado de Givenchy es la noción de “estilo personal”, un concepto que ahora damos por hecho, pero una que no estaba hecha a la moda de la misma manera antes de Hepburn y el pequeño vestido negro que la ayudó a convertirse en una estrella.
Pero no solo vistió a la actriz Audrey Hepburn otras clientas destacadas fueron las actrices Elizabeth Taylor y Jean Seberg. Givenchy vistió a otras varias famosas, como Jacqueline Kennedy, Grace Kelly y a la duquesa de Windsor.
A finales de los años ochenta, la marca pasa a manos del grupo LVMH, Givenchy se retiró del diseño de moda en 1995. Su sucesor para dirigir el sello Givenchy fue John Galliano. Después de un breve período de Galliano, una estadía de cinco años de Alexander McQueen y un período de 2001 a 2004 de Julien Macdonald , la ropa de alta costura y alta costura de Givenchy fue dirigida por Riccardo Tisci desde 2005. hasta 2017.
Clare Waight Keller (una joven británica que había hecho temporadas en Calvin Klein, Gucci, Pringlede Escocia, y Chloé a la edad de cuarenta y uno) es ahora la directora creativa de la casa de moda desde la colección Resort 2018
Hubert de Givenchy murió mientras dormía en el palacio renacentista cerca de París el sábado 10 de marzo de 2018. Tenía 91 años y fue enterrado en el cementerio Passy de París. “En lugar de flores y coronas” el difunto “habría preferido una donación a Unicef en su memoria”, afirma el comunicado publicado por la familia.
Los invito a leer el post de Versace, simplemente sensacional Aqui
