Demna Gvasalia abordó el mítico parisino, y su toma fue feroz, con un chic tan picante como el olor a alquitrán que emanaba del piso de asfalto.
Cuando comenzó el desfile de la Colección Balenciaga Otoño 2019 a todos les llego el olor acre del asfalto recién pavimentado, todo iluminado bajo el techo de luces estroboscópicas, el espectáculo Balenciaga de otoño enmarcó la vista de Demna Gvasalia de las calle de París. La llamó “mi oda al cliente, a las personas que realmente van de compras para la moda”. Porque, por supuesto, ¡esta es la razón por la que lo hago!
La inspiración
Obtener colecciones de temas estacionales y narrativas fue una de las grandes ideas que Demna Gvasalia trajo a la moda y a Balenciaga. Dio ese golpe directo, y vertió un vasto campo de asfalto fragante sobre el cual desfilar su visión de “el verdadero parisino de hoy”. La iluminación tenue y tenue no oscureció el torrente de audaz y emocionante de la moda que pasaba, casi rozando las rodillas de los invitados.
Tal y como nos dimos cuenta en varios desfiles de esta temporada, y al mirar detenidamente la colección sentí como una limpieza de las distracciones de fondo para que pudieramos ver las siluetas: la confección mínima y fresca con cuellos altos, erguidos y redondeados; los abrigos y chaquetas tipo capullo sin botones; y la racha de pantalones solemnes, minimalistas y chic calculados para complacer tanto a hombres como a mujeres. Gvasalia sabe que él está lidiando con el tipo de personas quisquillosas que se preocupan por la integridad y los abatidos, los potenciales votantes en la repentina y rápida competencia entre las casas.
Al detalle
Gvasalia dijo que ha seguido aplicando y refinando las técnicas moldeadas y manipuladas por computadora que ha traído a la casa durante el último año, “pero ahora son más sutiles, diría. Son los trucos de adaptación que aplicamos para hacer una estructura de los cuellos”.
También dejó de lado la mayoría de las prendas de moda urbana con las que ha sido estereotipado para centrarse principalmente en la sastrería, y las siluetas de precisión que Cristóbal Balenciaga fue pionero, incluyendo capullos, mangas y formas semi fijas. “La casa ha tenido una historia tan larga, pero mi trabajo consiste básicamente en modernizarla y hacerla atractiva para el cliente que tenemos hoy”, dijo entre bastidores.
La Colección
El hecho de que hubiera quitado el espectáculo de fondo (el túnel de arte digital de la temporada pasada, la montaña de esquí de la anterior) significaba tal y como dije antes que toda la atención se centraba en la ropa. Hasta cierto punto. Todavía puede deliberar los sentidos de una audiencia a través del olor de la calle, la marcha brutalmente repetitiva de la música tecno y la exposición a las luces parpadeantes durante un período prolongado.
El espectáculo fue mucho más largo de lo habitual, lo que refleja una tercera innovación: Gvasalia prescinde de las pre colecciones previas y lo convirtió en su mega declaración entre el invierno y la primavera, al mismo tiempo que mantiene múltiples ventanas de entrega. Sentía que también disfrutaba la oportunidad de expresar de manera expansiva su afecto por la capital francesa, habiéndose trasladado a Zurich el año pasado, donde ahora se encuentra su marca principal, Vetements. “Al mudarme, me enamoré de nuevo de París”, reflexionó.
En resumen
Y finalmente aquí hay una o dos cosas que se destacaron: su reorganización de las siluetas monásticas de Cristóbal Balenciaga como altos collares y capuchas de “incógnito” que ocultaban la cara del portador de la vista lateral, una extensión extrema e intelectualmente ingeniosa de la reputación de Gvasalia como fabricante de sudaderas. El borrado del calzado tipo entrenadores, como los de un padre o de otro tipo, a favor de los zapatos de cuero negro con punta cuadrada y las nuevas botas altas para hombre. Los jóvenes cargando puñados de bolsas de compras de la marca B. “Es real”, dijo Gvasalia. “Cuando estoy en las calles de París, eso es lo que veo”.
Nos vemos en el siguiente post pero entre amigas
